sindrome del impostor preventas
Imagen de Francisco Moreno en Unsplash

El síndrome del impostor del preventas

¿Cuántas veces has pensado que no estás dónde debes? ¿Qué te atribuyen unos conocimientos de preventas que en realidad no tienes?

Cuando esos pensamientos vienen a tu cabeza estás sintiendo el síndrome del impostor. Casi todos hemos tenido esa sensación alguna vez, mezclada con la ansiedad de pensar que, si no hacemos bien nuestro trabajo, si cometemos el más mínimo error, acabaremos despedidos.

El síndrome del impostor afecta tanto a mujeres como a hombres y, dicen algunas estadísticas, que el 70% de los profesionales lo sufrimos.

Como preventas, nos podemos encontrar con este síndrome en diferentes momentos de nuestra carrera. Cuando comenzamos en una nueva compañía por ejemplo, nos sentimos obligados a dar resultados a la mayor brevedad y, cuando entramos en una reunión con un cliente no sabemos ni qué decir ni qué contestar. Si la empresa crea un nuevo producto y tenemos que enseñar cómo funciona y sus capacidades también podemos sufrirlo.

Y, ¿qué podemos hacer si estamos sufriendo este síndrome? Os explico cómo yo lo enfoco.

Primero intento identificar qué es lo que me produce esa sensación. Puede ser un tema técnico concreto, un tema de ventas o, simplemente, una destreza o habilidad que aún no domino.

Si soy capaz de identificar el origen de esa sensación, lo siguiente que hago es buscar recursos que me permitan adquirir ese conocimiento para eliminar ese sentimiento lo antes posible.

Estar en esta situación es incómodo y puede ponerme en un estado de stress continuo pero, afrontándolo de esta manera, he logrado hacer cosas increíbles que no pensaba que fuese capaz de hacer.

Usar el síndrome del impostor en tu beneficio te permite tener una guía acerca de lo que tienes que mejorar. Escúchate a ti mismo y dale la vuelta a esa sensación.

Te pongo un enlace a la web de Entiende tu mente donde Molo Cebrián, Mónica González y Luis Muiño explican el síndrome del impostor en su podcast para que puedas profundizar en el tema si te apetece.

¿Y tú? ¿Has sufrido el síndrome del impostor? ¡¡Cuéntamelo en redes sociales!!

Comparte el artículo

LinkedIn
Facebook
Twitter
Email
WhatsApp
>